En repetidas ocasiones, he sido
motivo de burla por mi relación tan complicada con ese amor inseparable, malas
palabras, algunas lágrimas, decepciones, incluso maldiciones y eso es año tras
año, por eso mis amigos me dicen que debo terminar pronto con esa relación tan
enferma y pensar más en mí. Yo sólo contesto que no puedo, prometí nunca
separarme a pesar de que las alegrías sean a cuenta gotas y muy esporádicas, a
fin de cuentas dicen que uno se casa para toda la vida y dudo encontrar un amor
así, aunque me digan que soy un perfecto loco y que seguramente si me decidiera
lo encontraría.
Pfff. Seguramente en 1982-1983 mis padres ni sabían
que yo iba a existir, nací 2 años después y no pude ver a mi Franja campeonar
por primera vez en Primera Nacional. Vencimos a Chivas. Su segundo campeonato
tengo ligeros recuerdos de ello, 1989- 1990, en esa ocasión derrotamos a U. de
G.
Los campeonatos de copa y primera
“A” no es que no sienta orgullo, pero simplemente no saben a esa gloria que se
siente al ser campeón en el máximo circuito. Por cierto, era un pequeño de 4-5 años, edad muy corta
como para gritarles en la cara que mi Puebla, había sido Campeón.
Los años pasan, naturalmente la
vida también, han sido muchas peleas entre mi amor y yo, he dicho: ¡Ya no más!
¡Ya no más! Pero cuando hay amor y el respeto, admiración prevalece,
difícilmente te puedes alejar o dejar al amor de tu vida.
Recuerdo aún ese descenso en el
Tecnológico, Monterrey mandó al infierno
a Puebla y de paso a mi me mandó varias horas a la cama, para tirar miles de
lágrimas y la impotencia más grande, si en términos futbolístico nos referimos.
A mi mente llega Carlos Muñoz, el
último campeón de goleo y fue esa vez que vestíamos de naranja, no importa nada
de eso, la esencia era la misma. Tantos y tantos recuerdos de este amor tan
loco, pero que juro, me ha dado más de lo que se pueden imaginar.
Las relaciones duran mucho, duran
poco, pero la mía durará toda la vida, bueno por lo menos hasta que yo deje de
respirar. He visto jugar tipos con gran clase, Alberto García Aspe, el arquero
Rabajda y algunas piedras como el actual ecuatoriano, Armando Wila, he llorado,
he reído y aprendí que el amor ó lo tomas y lo sujetas siempre ó mejor ni te
insinúes.
Dale Franja, que aunque hemos
peleado, hemos llorado, también me has hecho feliz.
SIEMPRE TE AMARÉ. SEÑORES UNA
RELACIÓN DISFUNCIONAL, UN AMOR ENFERMO ENTRE MI PUEBLA Y YO. HASTA LA PRÓXIMA.