viernes, 3 de febrero de 2012

Cuando el balón se vuelve un simple espectador.

No puedo llamarle de otra forma, simplemente penoso y reprobable.  Lo sucedido el 01 de febrero de los corrientes en Egipto, realmente fue atroz. Lo que era un partido de futbol, se convirtió en una tragedia.
Dos de los equipos más populares en dicho país, disputaron 3 puntos, sólo eso 3 puntos en un juego de futbol, con sede en el  estadio de Port Said, encuentro donde murieron más de 70 personas y  aproximadamente otras 250 heridas. Entre los lastimados 2 de ellos son jugadores, lo anterior, por los choques entre "barras o porras” de los equipos  Al Ahly y Al Masry, al terminar el partido e invadir el terreno de juego.
En información extra oficial, se menciona que el juego, no debió celebrarse, ya que sin duda despertaba morbo, referente a los problemas políticos existentes en el país africano. Las porras involucradas, tuvieron algunas rencillas  previas al encuentro, amenazas y situaciones no gratas, dentro del deporte.  Este desafortunado suceso, ya sufre sus consecuencias, los ciudadanos egipcios, han levantado la voz y piden la destitución de figuras públicas de la plana mayor del gobierno, así como en las cuestiones deportivas han realizado lo propio. Bien dicen que violencia genera violencia, hoy día las calles del centro de EL CAIRO, son realmente sedes de reclamo, de molestia y seguramente de indignación.
Es una pena lo acontecido. Normalmente en una entrevista, un jugador de futbol te da reseña del encuentro o conclusiones del mismo, en ésta ocasión, penosamente el jugador  Abou Treikaor narró con tristeza el momento en el que un aficionado moría enfrente suyo, sorprendido por la falta de seguridad y garantías en un partido de futbol. A la postre declaró, que la culpa se centra en las autoridades asistentes al estadio, al no mover un solo dedo, para evitar los golpes y disturbios entre hinchas de cada club.
Los partidos a disputarse en la primera división egipcia, están suspendidos de manera indefinida y seguramente FIFA, deberá intervenir y ser un abogado defensor del futbol. Para culminar, debo mencionar que estas malas pasadas que presenta el deporte, en este caso el balompié específicamente,  son situaciones reprobables, sea cual sea  el enfoque en el que se observe, pero si dejar claro y aprovecharé para citar a Diego Armando Maradona: LA PELOTA NO SE MANCHA.
Esperemos que las circunstancias mejoren y lleguen a un buen final, sólo reitero,  que tanto en el futbol como en cualquier otro deporte,  el Fair Play, deberá ser punto medular.
¡Hasta la próxima!

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